Si está practicando o ha hecho dieta alguna vez, habrá notado que su ansiedad por la comida crece o se multiplica, a veces sin una causa aparente, pues las calorías ingeridas están medidas en su correcta proporción. Cuando se han ejercico malos hábitos de alimentación durante un tiempo continuado, controlar el apetito puede llegar a ser un verdadero problema. Veamos cómo podemos solucionarlo con las siguientes recomendaciones.
Neuronutrición. La sensación de hambre está regulada por la serotonina. Cuando este neurotransmisor está baja en el organismo, aumenta la sensación de hambre.
- Alimentos como la frambuesa ayudan a elevar el nivel de serotonina y por la tanto reducirían el apetito.
- Son buenos a tal efecto los alimentos de origen vegetal que contienen triptófanos, a partir de los cuales se genera la serotonina, como las fresas, el aguacate o el mango, etc…
Sensación de estómago vacío
- No se debe permancer durante mucho tiempo con el estómago vacío.
- Realizar cinco comidas diarias es preferible para evitar esta sensación: desayuno, comida y cena más dos tentempiés ligeros en almuerzo y merienda.
Beber líquidos suficientes
- El agua, los zumos naturales, los caldos sin grasa o las infusiones relajantes sin edulcorar ayudan a mantener a raya la sensación de hambre y la obsesión por la comida.
- Las bebidas excitantes como el café o el té negro y la cola no están recomendados porque aumentarían la ansiedad.
Los ataques de hambre entre las horas de comida, pueden evitarse con alimentos ligeros masticando una verdura u hortaliza cruda.